martes, 28 de septiembre de 2010


Lia Crucet terminó siendo una verdadera puerca.
Miles de hombres sueñan con tenerla en la cama boca abajo,
abrir su gluteos, lamer los pliegues de su ano
y hundirle hasta el fondo la dureza de su verga
para batirle apasionadamente su cagada.
La muy marrana se retuerce cuando recibe carne por las nalgas,
grita, la muy cerda, "desfundíllame, papá" y aprieta
el recto para triturar la verga que la mata de placer.
Hay que gastar una buena lana, pero vale la pena amar analmente
a esta bola de manteca.

No hay comentarios: