¡Ven, precioso amor, sodomizame,
soy tu esposa y tu puta, tu marrana
caliente que te estrangulara la verga
con el recto. Goza, esposo mío,
mi carne y mi cagada.
Amo a las mujeres hermosas, de formas perfectamente equlibradas o sensualmente exuberantes. Las contemplo,las acaricio, las penetro, las gozo. Amo más que a nada el apretador hoyo que atesoran entre sus sabrosas nalgas. Amarlo es la suprema dicha de cualquier varón.