sábado, 28 de julio de 2012

Elke the stallion, piernas y nalgas espectacularmente culeables


Conocí a Elke en la feria del libro. Mientras ella veía libros, yo miraba sus nalgotas.


La idea de restregar mi verga en sus glúteos comenzó a enloquecerme. Jamás había visto un culazo tan espectacular.


Esta hembra síq ue me encendía los güevos. Tenía que contenerme para que la verga no expulsara el semén.


Ella se dio cuenta y me sonrió. Me acerqué y le dije que era la diosa de amor con la que había soñado toda la vida.


Ella contestó que era buen comienzo, y agregó que si deseaba contemplar sus nalgas.


Me sentí entontecer, pero rápidamente me repuse. Más que nada, le dije, lo que quiero en culearte con mi lengua.


Dijiste las palabras adecuadas, repuso ella. Siempre espere que un hombre quisiera gozar mi ano de esa manera.


Nos fuimos y nos metimos en un hotel cercano. tras cerrar la puerta levantó su vestido. Son tuyas, exclamo, no me defraudes.


Me quité los pantalones. Mi verga ardía del deseo de acaricar la carne anal de tan magnífica mujer.