martes, 19 de junio de 2012

Miren, carnales, qué sabroso es meter la verga por el chico. Yo me culeo a mi hija porque está bien sabrosa de nalgas y porque su madre ya está bien guanga. Ni modo. Pero mi hija esta bien apretadita. Goza de placer con la carne que papi le mete por el recto. Desde chiquita la entrené. Cuando tenía diez añitos la sentaba en mis piernas y mientras le daba de besitos le acariciaba el anito con el dedo. Después, en la cama, acostados de lado, le restregaba la punta de la verga en el chiquito. Me pedía que le hiciera como con el dedo. Yo le decía "todavía no, mi niñita, estás muy chiquita y no te cabe". "Ya quiero ser grande, papi", me decía. Ahora disfruto intensamente a mi chiquita y ella está feliz porque ya es grande y le cabe la carne dura de papi en la colita.












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